Grupo de derechos humanos exige libertad para pastor nicaragüense arrestado ante aumento de represión religiosa

Las autoridades nicaragüenses arrestaron a un pastor y a varios de sus familiares y asociados en una operación policial que tuvo lugar el mes pasado. Grupos de derechos humanos ahora están exigiendo su liberación inmediata y advierten sobre el empeoramiento de la represión religiosa en Nicaragua.
El Pastor Rudy Palacios Vargas, fundador de la Asociación Iglesia La Roca de Nicaragua, fue detenido junto a otras siete personas — su hermana, Arely Palacios Vargas, el esposo de ella, Pedro José López, otra hermana, Jéssica Palacios Vargas y su esposo, Armando José Bermúdez Mojica, el activista político Mauricio Alonso Prieto y su hijo, y una amiga de la familia, Olga María Lara Rojas — así lo denunció la organización Christian Solidarity Worldwide (CSW), con sede en el Reino Unido.
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Oficiales armados e individuos enmascarados con ropa oscura allanaron varias viviendas en Jinotepe, Departamento de Carazo, esa noche, deteniendo a las ocho personas mencionadas sin presentar órdenes judiciales y confiscando sus teléfonos y dispositivos electrónicos.
Algunos de los arrestados fueron, según se informó, trasladados a la Prisión de Máxima Seguridad La Granja en el Departamento de Granada y sometidos a una audiencia virtual acelerada, durante la cual se presentaron cargos de traición y conspiración.
Entre los nombrados en la audiencia se encontraban el Pastor Palacios Vargas, Bermúdez Mojica, Jéssica Palacios Vargas, López y Lara Rojas. No se han proporcionado actualizaciones sobre el estado de los tres detenidos restantes ni sobre ninguna decisión de sentencia. La familia no fue informada de su paradero durante o después de los arrestos.
El Pastor Palacios Vargas había huido previamente de Nicaragua en julio de 2018 después de condenar la respuesta violenta del gobierno a las protestas estudiantiles. Las amenazas recibidas a través de llamadas telefónicas y redes sociales motivaron su partida.
A los pocos días de su salida, al menos tres miembros de su iglesia fueron supuestamente asesinados por fuerzas de seguridad y grupos paramilitares.
En 2019, el gobierno nicaragüense revocó el estatus legal de su iglesia, que tenía seis sucursales a lo largo de la costa del Pacífico, según CSW.
Tras ser diagnosticado con cáncer, el Pastor Palacios Vargas regresó a Nicaragua en diciembre de 2020. Ha estado bajo estrecha vigilancia policial desde enero de 2021, con restricciones que equivalen a un arresto domiciliario de facto.
“La detención arbitraria del Pastor Rudy Palacios Vargas y de sus amigos y familiares es la culminación de años de persecución debido a su disposición a criticar abiertamente las graves violaciones de derechos humanos en curso bajo el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo”, dijo la Directora de Incidencia de CSW, Anna Lee Stangl.
Ella instó a Nicaragua a liberar a los detenidos y pidió a los actores internacionales que busquen acceso a los prisioneros y exijan su libertad.
Los arrestos se producen en medio de una creciente preocupación internacional por el trato de Nicaragua a grupos religiosos.
En marzo, el país se retiró del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas poco después de la publicación de un informe que acusaba al gobierno de "represión metódica" de la disidencia. El informe fue emitido por expertos de la ONU y detalló la supresión generalizada de las libertades democráticas y religiosas.
Ariela Peralta, una de las expertas de la ONU involucradas en la investigación, declaró que la administración Ortega parecía estar "en guerra con su propio pueblo". Tras la publicación del informe, la Vicepresidente Rosario Murillo desestimó las conclusiones como "falsedades" y "calumnias".
Los críticos han señalado los crecientes esfuerzos de Nicaragua por controlar a la sociedad civil.
Una ley de 2018 que regula la financiación de las organizaciones no gubernamentales ha resultado en que miles pierdan su estatus legal. Si bien la represión ha afectado a muchos tipos de organizaciones, las instituciones católicas han enfrentado consecuencias particularmente severas. Estas incluyen el arresto y la expulsión del clero, el cierre de instituciones religiosas y la confiscación de propiedades.
El Departamento de Estado de EEUU designó a Nicaragua como un “País de Preocupación Particular” en 2022 por sus violaciones a la libertad religiosa. La Comisión de EEUU para la Libertad Religiosa Internacional también ha documentado violaciones continuas, incluyendo la intimidación de fieles y arrestos arbitrarios de líderes religiosos.
El gobierno nicaragüense defendió sus acciones, alegando que las organizaciones internacionales estaban difundiendo desinformación y participando en una campaña de desprestigio. El presidente Ortega ha consolidado el poder en los últimos años, ejerciendo control sobre el poder judicial y el legislativo.